Uno de los cuadros más icónicos de la historia de arte es «La joven de la perla». Incluso hay una película de 2003 con el mismo nombre que ficciona la posible historia detrás de la obra. Se trata de una pintura al óleo creada entre 1665 y 1667 por el holandés Johannes Vermeer. Es conocida por el llamativo pendiente de perla que lleva la joven retratada, y se encuentra en el museo Mauritshuis de La Haya.

Esta maravillosa obra pictórica ha vuelto a ponerse de actualidad debido a que nuevas investigaciones de archivo apuntan al importante papel de Maria de Knuijt, esposa del que hasta ahora se creía que era el mecenas del pintor (Pieter Van Ruijven), en muchos de los cuadros de Vermeer.

Los historiadores Piet Bakker y Judith Noorman, de la Universidad de Ámsterdam, han concluido un estudio en el que desvelan que sin esta mujer, quizá nunca hubiéramos visto las obras maestras de Vermeer que hoy son famosas en todo el mundo.

“Siempre se creyó que fue el coleccionista de arte holandés Pieter van Ruijven”, explican Bakker y Noorman. “Sin embargo, nuestra investigación muestra que la esposa de Van Ruijven, Maria de Knuijt, hija de un comerciante textil de Delft, probablemente tomó la iniciativa de adquirir aproximadamente la mitad de la obra de Vermeer. Esto incluye la mencionada «La joven de la perla» y también «Vista de Delft». 

Además de utilizar fuentes ya conocidas, Bakker y Noorman han extraído información de fuentes recién descubiertas, que indican un vínculo especial entre Maria de Knuijt y Vermeer. “De Knuijt fue una amante del arte excepcionalmente bien documentada que le dio a Vermeer el tiempo y la libertad para perseguir sus ambiciones artísticas».

Según la Agencia SINC, la influencia de De Knuijt también es evidente en una subasta de 1696, donde se vendieron 21 pinturas de Vermeer del patrimonio de su hija y su yerno. “Estas obras incluyen otras de sus pinturas más famosas, como «La lechera» o «La encajera». Aunque a menudo se considera a Van Ruijven el comprador original, los documentos muestran que De Knuijt posiblemente realizó y documentó las compras”. 

El motivo por el que el papel de la mujer mecenas se ha pasado por alto es tan habitual como lo era entonces el patriarcado. “Durante décadas, la historia del arte se ha escrito desde una perspectiva masculina, donde a las mujeres a menudo se las consideraba solo esposas o amas de casa”, explican Bakker y Noorman.