La Academia de Cine, en colaboración con el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) del Ministerio de Cultura, y a través de Filmoteca Española, han resuelto la primera convocatoria de ayudas para la restauración de obras cinematográficas.

Se trata de una iniciativa que busca la preservación del patrimonio cinematográfico de España, tanto en el ámbito de los largometrajes y cortometrajes, como en otras piezas audiovisuales relevantes.

Tras el proceso de evaluación, ha acordado restaurar dos títulos clave del cine español: «Con la vida hicieron fuego» (1959), dirigida por Ana Mariscal (que también la protagoniza) y «Un hombre llamado Flor de Otoño» (1978), dirigida por Pedro Olea.

La recuperación de la primera supone un ejercicio de reconocimiento a la figura de la mencionada actriz y cineasta, una de las pocas directoras en activo durante esa época de la dictadura franquista. Fue homenajeada en el Festival de Cannes hace cuatro años.

El comité ha subrayado el valor singular de este título, realizado en una etapa en la que historias como la que narra habían sido más frecuentes en décadas anteriores y comenzaban a desaparecer del cine español del tardofranquismo. Además, se ha señalado la relevancia histórica de recuperar esta obra que cuenta con un corte de censura actualmente depositado en Filmoteca Española.

«Con la vida hicieron fuego» está basada en la novela homónima del escritor español Jesús Evaristo Casariego, quien también colaboró en la elaboración del guion. Cuenta la historia de Quico, héroe de guerra en la marina del bando franquista, quien regresa a Asturias tras ganar una gran fortuna en Latinoamérica.

Allí busca una esposa que le haga olvidar su novia Beatriz, fusilada por espionaje en los inicios de la Guerra Civil. Conocerá a Armandina, viuda de un republicano fusilado en Málaga durante la guerra, con la que intentará tener una relación.

Para quienes la conocen, esta película no está exenta de polémica. Aboga por una supuesta reconciliación casi «romántica» entre los dos bandos de la Guerra Civil, obviando la represión de la dictadura y las consecuencias que la victoria del franquismo tuvo para el país.

No obstante, sí ha servido para ensalzar la figura de la cineasta. Ana Mariscal trabajó en España durante el franquismo, sí. Pero lo hizo como muchos otros cineastas, escritores, músicos y artistas. Con la diferencia de que su trabajo no ha sido reconocido hasta hace muy poco, pese que los críticos la valoran como una de las mejores directoras del cine europeo del siglo XX.​

De hecho, fue la directora de «El camino» (1964), la primera adaptación cinematográfica de la novela de Miguel Delibes. La película fue una de las primeras joyas del cine costumbrista español y es recordada como una obra que reflejó fielmente la sociedad rural y la vida de las mujeres en un pueblo de la sierra de Ávila.