Una de las tragedias más famosas de William Shakespeare, «Hamlet», se fraguó entre las manos del genio poco tiempo después de que falleciera uno de sus tres hijos. Este último se llamaba Hamnet y tenía solo 11 años cuando murió. El dramaturgo, actor y poeta resucitó en su tragedia a su hijo muerto cambiando una letra de su nombre. A partir de ahí todo son especulaciones en lo referente a su duelo y su vida íntima.
Pero en el año 2020 la escritora irlandesa Maggie O’Farrell, ya consolidada por entonces como una de las mejores de su generación, decidió recoger este drama de la vida del bardo inglés y embarcarse en una misión casi imposible.
El objetivo fue narrar la vida y muerte del niño, primero a través de sus ojos pero después y, sobre todo, de los su madre, Anna Hathaway de soltera, llamada Agnes en la novela porque ese fue el nombre con el que su padre la mencionó en su testamento.
Nació así la novela «Hamnet», una auténtica maravilla que apenas se detiene en el gran Shakespeare (de hecho, ni siquiera menciona su hombre en todo el libro) para adentrarse en su juventud como prefector de latín, en el oficio de guantero de su padre maltratador y ante todo, en cómo conoció a Agnes.
Ella fue una mujer misteriosa, hija del bosque, criada entre los árboles y al aire libre, amante de las plantas y de sus propiedades medicinales, misteriosa, intuitiva y casi vidente. Con ella se casó Shakespeare cuando él tenía 18 años y ella 26. Tuvieron tres hijos. Primero a Susanna, y después a los gemelos Judith y Hamnet.

O’Farrell se detiene en los detalles y en la ambientación, pero profundiza sobre todo en la mentalidad de su protagonista femenina, en la intriga que destila cada paso que da y en cómo afronta la muerte de su hijo. Y en ese dolor no da tregua. La empatía de la escritora con los sentimientos de Agnes es asombrosa, y su imaginación desborda los límites de sus claustrofóbicos ambientes.
«Hamnet» no es una novela basada en hechos reales. La propia autora deja claro que, salvo algunos datos que se conocen, los acontecimientos que se narran son el resultado de sus «vanas especulaciones». No obstante, el realismo que emana de cada sentimiento de la madre y sus hijos hace que vivamos la historia como si les cogiéramos de la mano.
Lo que sí es cierto es que, dentro de la bibliografía de la autora, esta es su obra cumbre. Su sensibilidad mezclada con la pena más oscura y profunda del alma humana la convirtieron hace cinco años en una revolución literaria.
Ahora ha llegado también al cine. La cineasta Chloé Zhao, conocida por la oscarizada «Nomadland», ha realizado la adaptación al séptimo arte, en cuyo guion ha participado la propia Maggie O’Farrell, y que protagonizan Jessie Buckley, Paul Mescal y el niño Jacobi Jupe. El aplauso de la crítica, también en este caso, ha sido prácticamente unánime. La fuerza de «Hamnet», toda ella en manos de mujeres tras siglos del mítico «Hamlet», es ya imparable.








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